30 de noviembre de 2012

La revolución es un sueño eterno. Andres Rivera. (p 64,67 y 68)



Un fragmentos de la novela " la revolución es un sueño eterno" de Andrés rivera, que ficcionaliza los últimos tiempos de Juan José castelli. Este fragmento habla un poco de lo que significo la "revolución" pero mas la idea, y como a veces las ideas y los hechos van por caminos distintos.
A mi entender Andrés Rivera es uno de los mejores escritores Argentinos contemporáneos.






"¿Qué juramos, el 25 de mayo de 1810, arrodillados en el piso de ladrillos del Cabildo? ¿Qué juramos, arrodillados en el piso de ladrillos de la sala capitular del Cabildo, las cabezas gachas,la mano de uno sobre el hombro de otro? ¿Qué juré yo, de rodillas en la sala capitular del Cabildo, la mano en el hombro de Saavedra, y la mano de Saavedra sobre los Evangelios,y los Evangelios sobre un sitial cubierto por un mantel blanco y espeso? ¿Qué juré yo en ese día oscuro y ventoso, de rodillas en la sala capitular del Cabildo, la chaqueta abrochada y la cabeza gacha, y bajo la chaqueta abrochada, dos pistolas cargadas? ¿Qué juré yo, de rodillas sobre los ladrillos del piso de la sala capitular del Cabildo, a la luz de velones y candiles, la mano sobre el hombro de Saavedra, la chaqueta abrochada, las pistolas cargadas bajo la chaqueta abrochada, la mano de Belgrano sobre mi hombro?¿Qué juramos Saavedra, Belgrano, yo, Paso y Moreno, Moreno, allá, el último de la fila viboreante de hombres arrodillados en el piso de ladrillos de la sala capitular del Cabildo, la mano de Moreno, pequeña, pálida, de niño, sobre el hombro de Paso, la cara lunar, blanca,fosforescente, caída sobre el pecho, las pistolas cargadas en los bolsillos de su chaqueta,inmóvil como un ídolo, lejos de la luz de velones y candiles, lejos del crucifijo y los Santos Evangelios que reposaban sobre el sitial guarnecido por un mantel blanco y espeso? ¿Qué juró Moreno, allí, el último en la fila viboreante de hombres arrodillados, Moreno, que estuvo, frío e indomable, detrás de French y Beruti, y los llevó, insomnes, con su voz suave, apenas un silbido filoso y continuo, a un mundo de sueño, y French y Beruti, que ya no descenderían de ese mundo de sueño, armaron a los que, apostados frente al Cabildo, esperaron,como nosotros, los arrodillados, el contragolpe monárquico para aplastarlo o morir en el entrevero?¿Qué juramos allí, en el Cabildo, de rodillas, ese día oscuro y otoñal de mayo? ¿Qué juró Saavedra? ¿Qué Belgrano, mi primo? ¿Y qué el doctor Moreno, que me dijo rezo a Dios para que a usted, Castelli, y a mí, la muerte nos sorprenda jóvenes?¿Juré, yo, morir joven? ¿Y a quién juré morir joven? ¿Y por qué?"




¿Qué juré yo, y a quien, ese 25 de mayo oscuro y ventoso, de rodillas, la mano derecha sobre el hombro de Saavedra?¿Juré, ese día oscuro y ventoso, que galoparía desde Buenos Aires hasta una serranía cordobesa,al frente de una partida de hombres furiosos y callados, y que desmontaría, cubierto de polvo, esa mañana helada como el infierno, con el intolerable presentimiento de que habíamos irrumpido, demasiado temprano, en el escenario de la historia, y miraría, sin embargo,a Liniers, envueltos él y yo en una niebla helada como el infierno, y le escucharía, de pie, arrogante, reír e insultarme, y escucharía, en una niebla helada como el infierno, a los hombres que me acompañaron desde Buenos Aires, furiosos y callados, amartillar sus fusiles,y me vería a mí mismo, cubierto de polvo en una niebla helada como el infierno, encender un cigarro, decir dénles aguardiente, y dar la espalda a Liniers que, de pie, arrogante, se reía y me insultaba, e insultaba a los que, con él, se alzaron contra la Revolución, y que en esa mañana helada como el infierno, suplicaban, babeándose, moqueando, volteandó lo que no tenían en las tripas, que no los mataran?¿Juré que no vería, furioso y callado, yo, a quien se llamó el orador de la revolución, a las partidas de perros negros, que devoran a los indios que escapan de las minas de oro, de sal,de plata; juré que no escucharía el murmullo que viene de las minas de oro, de sal, de plata,de las cocinas y galerías de los señores del Norte, ese murmullo opaco y fascinado que se desprende de bocas raídas por una vejez prematura, de una carne expiatoria y condenada al saqueo y al infinito silencio de Dios, y que dibuja el aullido del perro negro, como se dibujan los mitos, y detrás, tenaz e inaccesible como los mitos, al patrón de la bestia y del infinito silencio de Dios, y también la carne sacrificada, rasgada, herida, por los colmillos insaciables;juré que yo no vería, yo que tuve un corazón docilísimo, los potros del tormento, y los caballos despanzurradores, y a las damas que, de pie en altos balcones de ciudades de piedra,tomaban chocolate en cónicas tazas de plata, y apreciaban la hermosa musculatura de los caballos despanzurradores, a cuyas cinchas, monturas, estribos, estaban atadas las manos y los tobillos de subversivos del orden público, según escribió José Manuel Goyeneche, sudamericano,grande de España, y que morirá en olor de santidad, para que los patrones de los perros negros no olviden, jamás, la filiación de los que se sublevan contra el saqueo?¿Juré yo, de rodillas, la mano derecha en el hombro derecho de Saavedra, que no vería las partidas de perros negros, los potros del tormento, el acabado perfecto de la musculatura de los caballos despanzurradores, y que si mis ojos llegaban a ver las partidas de perros negros,los potros del tormento, el acabado perfecto de la musculatura de los caballos despanzurradores,mi corazón, que fue docilísimo, con la misma levedad que los filósofos provincianos exponen la inconsistencia del mundo, borraría, de los ojos que vieron, a la partida de perros negros, los potros del tormento, el acabado perfecto de la musculatura de los caballosdespanzurradores, y la apreciación, por las damas –madres, esposas, hijas, hermanas,mantenidas, de los dueños de los perros negros–, del acabado perfecto de la musculatura de los caballos despanzurradores, mientras tomaban chocolate, de pie en altos balcones de piedra, apreciación que incluía el rápido, cada vez más rápido, cada vez más rápido paso de los caballos despanzurradores, de cabezas finas, uno hacia el Norte, uno hacia el Sur, uno hacia el Este, uno hacia el Oeste, llevándose, cada caballo despanzurrador, de cabeza fina,ojos desorbitados y lomo sudoroso, uno hacia el Norte, uno hacia el Sur, uno hacia el Este,uno hacia el Oeste, un pedazo de hueso y carne del subversivo del orden público atado a la cincha, la montura, el estribo?¿Juré, en un día oscuro y ventoso de mayo que, al igual que Vieytes y Ocampo, según leí en una carta de Moreno, que respetaron los galones de los dueños de los perros negros, cagándose en las estrechísimas órdenes de la Junta, me cagaría, yo, enviado de la Junta en el ejército del Alto Perú, en las estrechísimas órdenes de la Junta, y predicaría la reconciliación con los dueños de los perros negros, o juré que, absorto, poseído, me tocaría los ojos, la boca,las mejillas, como un actor que, en el escenario, va más lejos de lo que representa, más lejos que su propia sombra, y absorto, poseído, furioso y callado, firmaría la orden de muerte para el mariscal Nieto, para el gobernador Sanz, para el capitán de marina José de la Córdova,para todos esos ondeadores de banderas negras y calaveras y tibias en las banderas negras?¿Juré, de rodillas en la sala capitular del Cabildo, que no iría más lejos que mi propia sombra,que nunca diría ellos o nosotros?Juré qué la Revolución no sería un té servido a las cinco de la tarde.

27 de noviembre de 2012

De mediciones

Estoy escribiendo como un tarado en que se miden las cosas cuando debería escribir en que se miden los sentimientos, que son las verdaderas cosas, porque yo, exagerado quizás, estoy cada vez mas seguro de que las cosas no existen, quizás ni las personas existan y solo exista uno, o mejor dicho quizás solo existan dos, no se, eso es mas exagerado todavía que decir que solo existe uno. Soy cociente de mi exageración y también soy cociente de que cuando pienso o escribo lo que yo pienso o escribo no lo mido, y dale con esa idea matemática de medir las cosas (pero puede estar bien) por su grado de realidad sino por su grado de belleza, porque lo que vale es lo lindo, lo lindo es lo que hace bien al alma (y definir alma es por de mas complicado, pero yo diría que es un pajarito, o un chico o un fuego que vive en nosotros, y que se manifiesta a razón de lo que nosotros sentimos, lo que realmente sentimos, el alma es lo que deseamos y lo que anhelamos, lo que amamos, el alma esta constituida por todo eso, y es la idea del alma como pibe que te dice que es lo que te pasa esta muy bien...porque vos podes estar haciendo otras cosas pero el alma es ese pibe que te dice "-hace lo que quieras, pero lo que vos realmente queres es esto", e ir en contra del alma es un crimen contra uno mismo, pero en fin), lo lindo es aquello por lo que vivimos.
Y entonces, en que se miden las cosas, en que mido yo las cosas, la realidad es que es una postura personal...Las cosas se miden por su grado de realidad, lo que es real es lo que sentimos, lo que deseamos, lo que etc.
Las cosas, las palabras, Las palabras y las cosas, estoy plagiando a alguien pero no me acuerdo a quien.
                                                                                         ...Uno es lo mas importante
y nadie puede reemplazarte.
Pero cuidado, no niegues
Que si vos queres necesitarme
Es porque yo te necesito

24 de noviembre de 2012

Las plumas, las montañas, los pajaros


Un pájaro
El cielo verde
La pluma se desprende de su cuerpo
y cae.

El verde vuela
Un pájaro
La sierra
               /o la sierra?/

La pluma que cae
Dorada
bajando del cielo
                           /verde o celeste/

Siempre es verde la montaña lejana
Desde la ventana de un micro
Siempre vuela un pájaro en la montaña
Las plumas caen, como las hojas de la ciudad junio

Si el sol cae correctamente
Los arboles se vuelven dorados
Los pájaros verdes
Las plumas bailan dibujando con su tinta
Lineas rebeldes

El verde de la sierra desde la lejanía
O el dorado de los arboles de la esquina de mi casa

¿Donde esta el descanso?
¿Sobre que colores es conveniente descansar?
El verde me sienta bien,
Siempre desde el patio de tu casa
Junto con tus manos.

23 de noviembre de 2012

Una de dicepolo

Algo que siempre rescate de mi forma de ser es la capacidad para darme cuenta cuando tengo que irme, dijo el hombre sentado en una mesa cuadrada, las piernas cruzadas y un cigarrillo en la boca. En su mano, infaltable el vaso de vino tinto en frente suyo, como escuchadolo, o como ampliando su mensaje, no solo para su amigo, fiel compañero y seguidor, y escuchador de las historias mas aburridas, como esta, sino también para el resto de los parroquianos de aquel bar, sucio y asqueroso es verdad, lleno de borrachos, igual que aquellos dos pero un poco mas pobres, también lleno de chicos ricos que van en busca de lumpenaje en la ciudad de buenos aires. Viejos de boina que juegan al billar o al truco se ven poco a estas horas de la madrugada, solo taxistas.
-Porque yo siempre fui un pelotudo, hermano, en las cosas importantes de la vida. Nunca me di mucha cuenta de cuando me querían, nunca tuve la ambición necesaria para sobrevivir en la facultad, ni para buscarme un buen trabajo. Siempre me importo mas bien poco lo que pensaran de mi. Y es cierto que esas cosas el mundo no las perdona. Al mundo si le das la espalda te rompe el orto (ríe el amigo, y, quizás por el efecto amplificador del vaso de vino ríen también, atrás nuestro un par de pibes de la hinchada de atlanta, que juega mañana a las doce del mediodía, se juega el descenso, y ellos están ahí, tomando, y esperando que sea la hora para ir a la cancha, y ríen. Y el hombre que habla, que mas de una vez se creyó cerca de sus compañeros de facultad, o de los chicos que ahora pasan por al lado, en patines y anteojos negros rumbo a las mesas de ping pong del fondo ahora sabe del todo, cien por cien seguro, que es mucho mas parecido a los pibes de la hinchada, o a los borrachos que duermen en los bancos largos del bar que a los chicos recién bañados que están pidiendo un fernet con coca a cuarenta pesos). Pero siempre supe cuando irme, y eso lo sostengo a muerte. Yo sabia que me tenia que ir de mi casa (otra vez la misma historia, piensa el que esta escuchando), lo sabia, porque no se soportaba mas, porque no se podía  ni estar ahí del clima que se vivía. Espere el momento. Y un día me dijeron, "o cortas el pasto o te vas", y ahí pensé, esta es la mía, y me las piante hermano. Y no tenia un mango, ni trabajo, ni nada, una bicicleta tenia, y amigos, muchos y por suerte, que si no es por ellos o me voy abajo de un puente, o me quedo en la casa de mis viejos, o me meto un palo en el culo y me clavo al obelisco.
Pero por eso digo que yo hay cosas que puedo entender. Puedo entender a la gente que es una basura humana, egoístas de mierda que no les importa nada mas que cuidarse el orto, que cuidar sus cosas, que si te tiene que tirar a un puente te tira (se nota que el vino ya había hecho efecto), los puedo entender porque la vida los hizo así y los acepto. Que nadie tiene la culpa de que el mundo sea una cloaca. Puedo entender a los ladrones de bancos, y también a los pendejos que le roban a una vieja con muletas para comprar merca, y además de robarle la cagan bien a trompadas. Los entiendo porque yo se que ellos no pueden hacerse responsables de sus actos, no los asumen. Entiendo a los locos, y a los asesinos de mierda, y a los fisurados, porque nadie les dio la posibilidad de no estar fisurados. Que la idea de que el que quiere se salva es una idea impuesta por el capitalismo.
Lo que no puedo entender hermano (el otro ya casi que roncaba y yo me tome el vaso de un saque y encendí otro cigarrillo), lo que no puedo entender es a la clase media. Porque si vos sos un hijo de puta pero pobre, sobre todo pobre de oportunidades yo te entiendo, ahora si vos sos una persona bien, con valores establecidos, socialmente aceptados, como mierda puede ser que no limpies la mierda que dejas en el inodoro, sabiendo que no sos la única persona que caga ahí, de ultimas por vergüenza hermano, por vergüenza a que venga otro que es como vos y vea tu mierda, tu mierda es como tu alma, no esta bien mostrársela a cualquier desconocido. O como no vas a decir gracias, o a entender donde estas parado, eso es lo que me revienta, me revientan los burguesitos que se creen que se pueden manejar en todos lados como si fuera su casa, y creen que todas las personas son sus padres, me revienta la falta de responsabilidad loco, la falta de compromiso con uno mismo, por los demás (se levanta de la silla que se cae para atrás haciendo un tremendo ruido que despierta a su amigo y hace saltar a los pibes de la barra que se habían olvidado de nosotros y que ahora nos miran como si fuésemos a hacer algo increíble), me rompe las pelotas los nenes de mama sin mama, el mundo es un lugar de mierda, lo único que queda es abrirse paso a patadas, nadie te va a regalar nada, y si alguien te regala algo valoralo, la concha de tu madre! (grita) porque sino es peor, hijos de puta, y devuelvanme mi vaso de vino. Quien se llevo mi vaso, quien mierda se llevo mi vaso eh, no se puede estar tranquilo en NINGÚN LADO, eh, tenes que cuidarte de tu sombra, porque, que hicimos nosotros para merecer esto, yo que hice, eh.
Plaf, plum, plof, el tipo se vio desbordado por sus propias emociones y empezó a patear los muebles que encontraba a su paso y también a los que pasaban, esos de anteojos y fernet se vieron pateados en los tobillos, pero permanecieron indiferentes, muertos, y eso solo enfurecía mas a nuestro amigo que les gritaba "pegame maricón, defendete", pero nada. Los muchachos de la hinchada quizás entendieron que era lo que este hombre necesitaba, se acercaron y casi con amor y cuidado lo cagaron bien a trompadas y lo hecharon del bar.
Ya en la puerta, logro ponerme de pie, me sacudo el polvo, linda paliza, pienso, la necesitaba. Tres minutos mas tarde veo salir a mi amigo, saluda al mozo, "hasta mañana José, si no te preocupes que lo llevo a su casa".
-Siempre lo mismo vos, eh-me dice-Nos vemos mañana.

El chico que era esclavo de las abejas y el sueño de los abejorros, la pileta, la caída y mi papà

Bueno, pero ahora supongamos que soy una hormiguita, ¿porque una hormiguita?, no se, me llevo bien con las hormigas, o con los bichos bolita, no tanto con las abejas (aunque con ellas tengo una relación de mutuo respeto. Miedo, hay veces que la palabra respeto en realidad quiere decir miedo. Yo le tengo miedo a las abejas, mucho miedo. ¿Porque, alguna vez me pico una en el ojo, alguna vez tuve que correr cuando vi una, soné alguna vez con abejas?, no, no tan así por lo menos, lo del sueño si puede ser pero no se que recurso usar para abrir un paréntesis adentro de un paréntesis, maldita literatura, al fin, después de años de libertad, me encerró. Yo le tengo miedo a las abejas porque nunca me pico ninguna, jamas. A todos los chicos alguna vez les pico una abeja, porque, como todos sabemos, las abejas son bichos amistosos o indiferentes siempre y cuando no sean molestados por otros bichos. Cuando una abeja se siente amenazada te pica, y para la abeja el acto de picar no es un acto mas de tantos, la abeja pierde la vida si te pica. Podemos discutir si en el reino animal no humano la propia vida tiene tanta importancia, no es relevante porque somos humanos los que escribimos. La cosa es que la abeja si te pica se muere pero no le importa morir, ahora, solamente te pica si se siente amenazada, eso también es difícil de entender, porque como sabemos cuando una abeja se siente amenazada, si intentamos matarla de seguro se va a sentir amenazada, pero también puede pasar que quisieramos verla nomas, pero si se siente amenazada te pica. Eso me decía mi mama y yo le creí, por eso de siempre tuve con las abejas una relación de mucho respeto, también porque sabia que su picadura no era la del mosquito sino que era una picadura fuerte, probablemente no tan fuerte como clavarse un vidrio en el pie, pero si mas fuerte que la del mosquito. Entonces yo, a partir de esos datos trate muy bien a las abejas durante toda mi infancia. Pero lo que paso fue que esa picadura de abeja con el paso de los años se fue haciendo cada vez mas grande, enorme, gigante, y a los doce años ya que me pique una abeja y morir era mas o menos lo mismo. También recuerdo que un momento de mi infancia en el que yo iba a la colonia de vacaciones del polideportivo de colegiales en el que había muchas abejas y ese miedo inicial a la picadura, que se había maximizado con el paso del tiempo pareció esfumarse repentinamente, aunque no del todo. Entable otro tipo de relación con las abejas, una relación de mucha mas cercanía. De hecho las abejas se paraban en mi cabeza y yo se los permitía, no se si por el miedo a que me piquen o si por una cuestión de llevar al máximo la teoría de que si vos sos amigo de las abejas ellas de alguna manera se van a dar cuenta de eso y no solo que no te van a picar sino que van a ser tus amigas, o capaz que porque nunca entendí que a veces hay que correr mas allá de que las abejas te piquen o no. La historia del chico que era esclavo de las abejas la tengo que escribir otro día; como también tengo que escribir otro día el sueño de los abejorros, la pileta y mi papa. Pero ahora...).
Si, ahora soy un pedazo de hoja sobre su hombro, que le pesa, como sabemos, mucho, y sin embargo va, sigue su caminito, hasta llegar al hormiguero, y dejar la comida en un lugar determinado.

22 de noviembre de 2012

La cocina de la casa de mi abuela

El tiempo pasa, pero siempre permanece algo en algún lugar que no puede ser destruido ni remodelado, ni nada

Una luz, la veo allá, cruzando la puerta de la cocina, esta encendida pero no por mucho tiempo. Ilumina eso, esa cosa que nunca se como se llama y que estuvo ahí desde siempre, también visible el mate, el termo y la yerba. Esa luz, la de la cocina, la única e irrepetible, ese poquito largo y finito que tarda en encenderse, que se sarandí al principio y parece a punto de estallar pero que finalmente logra iluminar ahora también, esa ventana, esa, la del mosquitero, la que no lleva a ninguna parte y menos de noche. Por la que se ve la escalera y las plantas. Esa luz, la de la cocina, que fue la misma desde antes que naciera, la blanca luz de la cocina, que daba permiso para entrar y ver los muebles, el de los cubiertos, gris, alto, con dos puertas y dentro un mundo infinito y desconocido, esos instrumentos raros para cocinar, verduras al vapor, esos brochecitos para comer choclo, esas copas de helados que llegaron ahí no se muy bien como ni porque.
La luz de la cocina, la que ilumino mi infancia y mi adolescencia, la luz fría como el piso de baldosa, amarillenta la baldosa, mugrosa. La cocina, que era mas linda de día, sin la luz blanca, con la luz del sol que entraba por esa ventana con mosquitero. La cocina era para el desayuno y para que la abuela me leyera algún cuento de ciencia ficción o para que me diga algo que mi mama nunca habría querido decirme, o para que me cuente como son los pajaros, porque vuelan, o que es el tarot. Esa cocina fue testigo de desayunos fenomenales y tiene historias de vidrios rotos de hace muchos años, de vasos partidos históricos y no tanto. Esa cocina nunca tuvo televisor pero siempre tuvo radio y siempre tuvo dos o tres libros y dos o tres carteles que me facinaban.
Se perdió, como tantas cosas que se pierden en la esquina, en alguno de los pliegues de la vida. La escribí sin querer, quizás tenia miedo a perderla definitivamente. No recuerdo mucho mas, dos sillas, a veces mas, otras menos, miles de fosforos dando vueltas, una heladera...Cuantas cosas se habrán perdido en esa cocina, cuantas de esas cosas fueron mias.
Uno escribe algo cuando lo sabe perdido, entonces trata de no terminar de perderlo y lo plasma en el papel, lo estampa, plap! y ahí quedo, ojala fuera tan fácil. Yo personalmente desconfió de la gente que confía demasiado en la literatura y en la inmortalidad. Es verdad que el papel puede consolarnos, o traernos, o venirnos a buscar. Cierto es que, aunque parezca un chiste, y esta descripción le parezca poca cosa a cualquiera que la lea, a mi me emociono, Porque somos lugares, todos los que nos pertenecieron, que no son muchos, estamos hechos de esos lugares a los que fuimos, recordamos su olor, su color, su peso, no podemos desentendernos de eso. Y cuando nos perdemos, nosotros o los lugares, entonces no queda otra que escribirlos.
sin comentarios.

Mis meriendas de la adolecencia mas las cosas que habia arriba de la mesa del comedor


A veces crecemos...son cosas que pasan y quedan al mismo tiempo


Trigo, harina, pan, panadería, manteca, tostador, gas, cocina, tabla, cuchillo sin filo, mantel de flores, leche chocolatada...
Ventana, nube, enredadera...
Migas, mate, pava, gas otra ves, fósforo...
Boligoma, nube de algodón, tijera, cartulina rosada, (arcoris), marcadores, lapices y crayones, papel de diario, agua, Mermelada de frutilla, televisión, crepúsculo, fresquito, estufa, radio prendida siempre...
Me cambio para ir a entrenar.

                                la ventana del living de mi casa que ya no existe(y que tampoco era mi casa)

Asociación libre o lo que piensa el chico del locutorio mientras habla con tu tia claudia a los gritos en una cabina telefonica

Puede ser inentendible, sin embargo a mi me gusta.
 Debe ser el texto que menos les gusto a mis amigos


Nubes, plasticola, tijeras, ascensor  luna, sol, nieve, lluvia, montaña, fotocopiadora, noche, estrella, ángel  angelito, alas, blancas, plumas, suave, avión  auto, micro, sal, azúcar  café  te, mate, mate cocido, fuente, plaza, escultura, banco, guitarra, esta anocheciendo, chicos juegan al lado, calle oscura, raro, pecho, cerveza, casa, iglesia, estación  esquina, ventana, ventanal, licor de menta, teléfono  fideos, gas, aire, cosa, mancha, bebe, viento, salud, frió, calor, medio medio, calle, bicicleta, brisa, teclado, tinta, teléfonoteléfono, teléfono,  piel, pelo, boca, penumbra, silencio, cuidado, susto, noche, calor, calor, calor, palabras al oído  vino tinto, sillón , pan, paloma, gorrión  azul, pez, pescado, atún  arroz, merquen, heladera, cocina, zapatos, libro, libros, paz, no paz, paz, no paz, pensar, pensar, no pensar, pensar, anestesia, olvidar, no olvidar, nunca olvidar, ser, no ser, parecer, nunca parecer, amanecer  anochecer, crepúsculo  cuarto, frazada, persiana, chocolatada, dragon baall, abuela, perra, gatos, cocina, klim, borges, asimov, biblioteca, teléfono  bisabuela, leche con mucha azúcar  tostadas muy tostadas, espinaca con crema, parecidos, iguales, idénticos  parecidos, suerte, mantra, buena onda, mala onda?, buena onda siempre, chia, chau, mañana, tarde, noche, mediodía  patio, vino barato, una lagrima, otra lagrima, sin lagrima, mocos, muchos mocos, no puedo cantar, maúlla  gato, dormir, televisión inútil, el barrio, la casa, olor a huevo podrido, riachuelo, puente pueyrredon, zapatillas, nena chiquita, luna de queso, sueña, sueño, soñar, soñando, soñemos, no soñemos nunca, bailemos de a poco, primero un pie, otro pie, mano en la cintura, un poco mas arriba de la cintura, me achicaría un poco pero nací asíteléfono descompuesto, odio los teléfonos  nunca mas voy a hablar por facebook con alguien después de..., gente, anteojos negros, vino blanco en copa, auto verde, auto azul, auto rojo, terciopelo verde, cortazar, continuidad de los parque, un asesinato. Manu chao, marihuana, vino, cerveza?, ginebra siempre, agua tonica y limon, ganas de tocarte, sentirte, deseo, aguantarse, aguantarse  aguantarse, nunca morir, nunca nada, morir?, nunca, vivir, vivir, vivir, virginia tía  virginia slim, cigarrillos, madrugada, avenida rivadavia y mario bravo, el ocho no llega, llega lleno, viejas, gordas, gente, zapatos, sacos, camisas blancas arrugadas, azafatas que no están trabajando, gente, ciudad evita, buena gente, es lindo el camino al aeropuerto, sale el sol, bien grande, gigante, quema, no quema. onda vaga, música  techo a una agua de chapa, afuera los chicos cantan no se que cosa, algo que hace reírreír, que lindo que es reír  ja ja ja , reír con ganas, la gente que se ríe con ganas y sin taparse la boca es muy linda, flores, una flor, violeta, una flor rosa, una flor verde, una flor negra?, nunca flores negras.
llega gente estúpida al ciber, no puedo pensar, pensar, pienso, pienso?, si, no, tal vez, quien sabe, es así  no es así  hay cosas que se dicen y hay cosas que se hacencontradicción  si?, no, tal vez, hay cosas que se dicen primero y se hacen después  impresora, el ruido es insoportable, no puedo, no puedo, imbécil  urgente, la palabra urgente me enferma cuando es mentira, mentira, crimen, feisimo, mentir, nunca mentir, nunca mientas,mientras, quiero, quiero, quiero!!!!!!, ahora quiero, no se puede, después si, después tal vez, tal vez, ahora no, siempre ahora es no, ahora es ahora, mañana es ahora, no, mañana es mañana...
Así  gira, gira, gira, gira, dos vueltas, derecha izquierda, y giro, bailamos, bailas, me gusta la cumbia, lo admito, bailas, bailamos, bailemos, dale, un ratito, mañana, puede ser mañana, siempre puede ser mañana, todo puede ser, el precio de todo es todo, pero no siempre, podes hacer todo lo que queres, no siempre, pero si a veces, pero bailemos, un ratito, hasta las doce, antes que la carroza se haga calabaza, bailemos, no bailemos, después bailamos, bueno, después  después  después  siempre es después  pero hay veces que el después es el ahora, abrazo, abraza, me, mi mo mu, ma me mi mo mu, piano, pienso y pienso pero quiero bailar, mira un estrella. ahora decime, queres bailar?

21 de noviembre de 2012

Todo lo que tengo, o casi....

Si le hacen click a la imagen se agranda magicamente
El unico dibujo de un proyecto de ilustrar algunos poemas que no son para nada rebuscados en su palabreria ni contienen complejos conceptos ni nada que se le parezca pero que a mi me resultan graficables.la ilustradora es andrea carrasco, que tiene una pagina wordpress. Si les interesa visitenla que ahi tiene mas ilustraciones de ella. Espero poder subir mas de estos trabajos. Esta es su pagina http://andreadelasvioletas.wordpress.com/





Un poema de dos o poema para tomar el te con tus amigas

La niña con dos cabezas
Pasea por la calle
                           /que, transparente,
                                                                     amanece y clarea.
Sus ojos caen, son hojas de otoño en llamas,
Sus pies se arrastran levantando polvareda.

Se toca sus brazos y se reconoce
Y se gusta.
Erótico movimiento femenino

Que pasea o vuelve a casa de madrugada
Para repetir una vez mas, aquello que no se puede.

                                          ***

La niña con dos cabezas
pasea por la vereda

Que se cristaliza,
Y clarea.

Sus ojos caen,
Sus hojas de otoño están en llamas,
Sus pies se arrastran,
Levantan polvareda.

Se toca, se recuerda
Y disfruta dormida,
Erótico movimiento femenino,

Invisible, casi,
Relampaguea.
Pasea
         /o vuelve a casa
De madrugada
Para repetir una vez mas aquello que no se hace

20 de noviembre de 2012

Un comentario y una aclaracion y una oportunidad sobre el texto "los motores" publicado anteriormente

A razon del texto que publique que se llama "los motores" quisiera aclarar que, si puede ser este el termino, el texto saca su idea y parte de su forma y de su intencion del siguiente texto, bastante conocido y que me parece util, si es que alguien con gusto por la literatura lee esto, citar y copiar para que pueda ser leido y disfrutado y analizado.

Ni hace falta aclarar que no es que mi texto sea una continuacion de este, de hecho el mio es un borrador escrito en horario de trabajo (trabajo del verdadero, o del falso) y que, si quisiera competir para convertirse en un verdadero escrito deberia ser releido y corregido y trabajado por demas. Sin embargo haberlo publicado aca es una muy buena excusa para reproducir este otro, por demas valioso en su forma, en lo que dice, en lo que dice detras de sus propias palabras, en los conceptos que se esconden. En que una generacion(cualquiera que sea), quizas la mejor, se perdio, porque, me atrevo a arriesgar y a citar a otra persona, no supo que hacer con lo que podria haber hecho, que era sumamente inteligente pero pobremente capaz, y que, la inteligencia, o la sabiduria o como quiera decirsele no sirve de nada si no se sabe que hacer con ella.

Hay otros ejemplos para esto ultimo que acabo de escribir, y pido disculpas si en estas lineas se lee una quemazon o limadez total de cabeza, pero es que, siendo las 21:09 de la noche de un martes de paro nacional, discusiones, choques en corrientes y salguero mediante, estoy que me caigo redondo arriba del teclado.

Sin mas aca les dejo el texto.




Aullido, de Allen Ginsberg

He visto las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, histéricos famélicos muertos de hambre arrastrándose por las calles, negros al amanecer buscando una dosis furiosa, cabezas de ángel abrasadas por la antigua conexión celestial al dínamo estrellado de la maquinaria de la noche, quienes pobres y andrajosos y con ojos cavernosos y altos se levantaron fumando en la oscuridad sobrenatural de los departamentos con agua fría flotando a través de las alturas de las ciudades contemplando el jazz.
Quienes expusieron sus cerebros al Cielo, bajo Él y vieron ángeles mahometanos tambaleándose en los techos de apartamentos iluminados.
Quienes pasaron por las universidades con ojos radiantes y frescos alucinando con Arkansas y la tragedia luminosa de Blake entre los estudiantes de la guerra.
Quienes fueron expulsados de las academias por locos por publicar odas obscenas en las ventanas del cráneo.
Quienes se encogieron sin afeitar y en ropa interior, quemando su dinero en papeleras y escuchando el Terror a través de las paredes.
Quienes se jodieron sus pelos púbicos al volver de Laredo con un cinturón de marihuana para New York.
Quienes comieron fuego en hoteles coloreados o bebieron trementina en Paradise Alley, muerte, o purgaron sus torsos noche tras noche con sueños, con drogas, con pesadillas despiertas, alcohol y verga y bolas infinitas, ceguera incomparable; calles de nubes vibrantes y relámpagos en la mente saltando hacia los polos de Canadá y Paterson, iluminando todas las palabras inmóviles del Tiempo, sólidos peyotes de los vestíbulos, amaneceres en el cementerio del árbol verde, ebriedad del vino en los tejados, puestos municipales el neon estridente luces del tráfico parpadeantes, vibraciones del sol, la luna y los árboles en los bulliciosos crepúsculos de invierno de Brooklyn, estrepitosos tarros de basura y una regia clase de iluminación de la mente.
Quienes se encadenaron a sí mismos a los subterráneos para el viaje infinito desde Battery al santo Bronx en benzedrina hasta que el ruido de las ruedas y niños empujándolos hacia salidas exploradas estremecidas y desiertos golpeados de cerebros absolutamente secos de esplendor en la melancólica luz del Zoo.
Quienes se hundieron toda la noche en la luz submarina de Bickford’s emergidos y sentados junto a la añeja cerveza después del mediodía en el desolado Fugazzi’s, escuchando el crujido del destino en la caja de música de hidrógeno.
Quienes hablaron setenta horas seguidas desde el parque a la barra a Bellevue al museo al Puente de Brooklyn, batallón perdido de conversadores platónicos bajando de espaldas las escaleras de escape de los alfeizares del Empire State lejos de la luna, gritando incoherencias, vomitando susurrando hechos y recuerdos y anécdotas y patadas en la bola del ojo y traumas de hospitales y cárceles y guerras, intelectos enteros disgregados en amnesia por siete días y noches con ojos brillantes, carne para la Sinagoga arrojada al pavimento.
Quienes se desvanecieron en ninguna parte de Zen New Jersey dejando un reguero de ambiguas postales ilustradas de Atlantic City Hall, sufriendo sudores orientales y artritis Tangerianas y jaquecas de China bajo la basura en las salas sin muebles de Newark.
Quienes dieron vueltas y vueltas en la medianoche por el patio de trenes preguntándose adónde ir, y fueron, sin dejar corazones rotos.
Quienes prendieron cigarrillos en vagones traqueteando por la nieve hacia granjas solitarias en la noche del abuelo.
Quienes estudiaron a Plotino, Poe, San Juan de La Cruz, telepatía y cábala debido a que el cosmos instintivamente vibraba en sus pies en Kansas.
Quienes solos por las calles de Idaho buscaban ángeles indios visionarios que fueran ángeles indios visionarios.
Quienes pensaban que sólo estaban locos cuando Baltimore destellaba en éxtasis sobrenatural.
Quienes saltaron a limusinas con el Chinaman de Oklahoma impulsados por la lluvia de los pequeños pueblos a la luz callejera de la medianoche del invierno.
Quienes haraganeaban hambrientos y solos por Houston buscando jazz o sexo o sopa, y siguieron al brillante español para conversar sobre América y la eternidad, una tarea sin esperanza, y tomaron un barco para África
Quienes desaparecieron en los volcanes de México dejando tras suyo nada excepto la sombra del estiércol y la lava y la ceniza de la poesía quemada en Chicago.
Quienes reaparecieron en la Costa Oeste investigando el F.B.I. en barbas y pantalones cortos con grandes ojos pacifistas atractivos en su oscura piel entregando incomprensibles folletos.
Quienes se quemaron sus brazos con cigarros encendidos protestando contra la bruma narcótica del tabaco del Capitalismo.
Quienes distribuyeron panfletos supercomunistas en Union Square sollozando y desvistiéndose mientras las sirenas de Los Alamos los deprimían, y se deprimía Wall, y el ferry de Staten Islan también se deprimía.
Quienes rompieron a llorar en blancos gimnasios desnudos y temblorosos frente a la maquinaria de otros esqueletos.
Quienes mordieron detectives en el cuello y chillaron con placer en autos policiales por no cometer un crimen salvo su propia pederastia salvaje y su intoxicación.
Quienes aullaron de rodillas en el metro y fueron arrastrados por el techo ondeando sus genitales y manuscritos.
Quienes permitieron ser penetrados por el ano por virtuosos motociclistas, y gritaron con alegría.
Quienes chuparon y fueron chupados por aquellos serafines humanos, los marineros, caricias del amor Atlántico y Caribeño.
Quienes eyacularon en la mañana en la tarde en jardines de rosas y en el pasto de parques públicos y cementerios esparciendo su semen libremente a quienquiera que llegara.
Quienes hiparon sin cesar tratando de reír pero se torcían de llanto detrás de un cubículo de un Baño Turco cuando el ángel rubio y desnudo venía a atravesarlos con una espada.
Quienes perdieron a sus amantes por las tres viejas musarañas del destino, la musaraña tuerta del dólar heterosexual, la musaraña tuerta que hace guiños fuera del útero y la musaraña tuerta que no hace nada sino sentarse en su trasero y corta las hebras doradas intelectuales del vislumbre del artesano.
Quienes copularon extáticos e insaciables con una botella de cerveza, un novio, un paquete de cigarrillos, una vela y se cayeron de la cama, y continuaron en el suelo y por los pasillos y terminaron desmayándose en la pared con una visión del último coño y llegaron a eludir el último atisbo de conciencia.
Quienes endulzaron las conchitas de un millón de chicas temblorosas en el ocaso, y tenían los ojos rojos en la mañana pero preparados para endulzar las conchitas del sol naciente, destellantes traseros bajo los establos y desnudos en el lago.
Quienes iban a putas en Colorado por miríadas en autos robados, N.C., héroe secreto de estos poemas, semental y Adonis del alegre Denver a la memoria de sus innumerables encamadas con chicas en lotes vacíos, patios de bares, hileras de desvencijadas casas rodantes en la cima de montañas, en cavernas o con demacradas meseras en familiares subidas de enaguas al lado del camino y especialmente la secreta estación de gasolina solipsismos de Juan, y callejones pueblerinos también
Quienes se desvanecieron en vastas películas sórdidas, se transformaron en sueños, despertaron en un repentino Manhattan, y se encontraron a sí mismos fuera de los sótanos colgados sobre descorazonados Tokay y los horrores de los sueños de hierro de la Tercera Avenida y tropezaron con las oficinas de desempleo.
Quienes caminaron toda la noche con sus zapatos llenos de sangre en los muelles esperando una puerta en East River para entrar a un cuarto lleno de vapor caliente y opio.
Quienes crearon grandes dramas suicidas en el apartamento de los acantilados del Hudson bajo el rayo azul de la luna de tiempo de guerra y sus cabezas eran coronadas con el laurel del olvido.
Quienes comieron la cazuela de cordero de la imaginación o digirieron cangrejos en el fondo lodoso de los ríos de Bowery.
Quienes lloraron por el romance de las calles con sus carritos llenos de cebollas y mala música.
Quienes se sentaron en cajas respirando en la oscuridad bajo el puente, y se levantaron para construir arpas en sus desvanes.
Quienes tosían en el sexto piso del populoso Harlem con llamas bajo el cielo tuberculoso rodeados por las jaulas naranjas de la teología.
Quienes garrapatearon toda la noche golpeando y rodando sobre elevadas incantaciones que en las amarillas mañanas eran estrofas de jerigonza.
Quienes cocinaron animales podridos pulmones, corazón, pata, cola borsht y tortilla soñando con el puro reino vegetal.
Quienes se zambulleron en camiones de carne buscando un huevo.
Quienes tiraron sus relojes del tejado para dar su voto a la eternidad fuera del Tiempo y despertadores cayeron sobre sus cabezas todos los días por la siguiente década.
Quienes se cortaron las muñecas tres veces seguidas sin éxito, se rindieron y fueron forzados a abrir anticuarios donde pensaban que se ponían viejos y gritaban.
Quienes fueron quemados vivos en sus inocentes trajes de franela en Madison Avenue entre ráfagas de versos plomizos y el parloteo borracho de los regimientos de acero de la moda y los chillidos de nitroglicerina de las agencias de publicidad y el gas mostaza de los editores siniestramente inteligentes, o cayeron por los taxis ebrios de la Absoluta Realidad.
Quienes saltaron del Puente de Brooklyn esto realmente sucedió y quedaron desconocidos y olvidados en el aturdimiento fantasmal de los callejones de sopa y camiones de incendio de Chinatown, ni siquiera una cerveza gratis.
Quienes cantaron por sus ventanas de desesperación, cayeron de la ventana del metro, saltaron en el sucio Passaic, brincaron en negros, gritaron por toda la calle, bailaron descalzos en trozos de copas de vino rotas grabaciones de fonógrafos de la nostalgia Europea jazz alemán de 1930 terminaron el whisky y se lanzaron gemebundos en baños sangrientos, gemidos en sus oídos y la ráfaga colosal del silbido del vapor.
Quienes rodaron por las carreteras del viaje al pasado para cada uno el látigo del Gólgota reloj de la soledad de la cárcel o encarnación del jazz de Birmingham.
Quienes condujeron una visión para encontrar la eternidad.
Quienes viajaron a Denver.
Quienes murieron en Denver.
Quienes volvieron a Denver y esperaron en vano.
Quienes aguardaron en Denver y empollaron solos en Denver y finalmente se fueron para encontrar el Tiempo, y Denver es solitario para sus heroínas.
Quienes cayeron de rodillas en catedrales sin esperanza rezando por la salvación de cada uno y la luz y los pechos, hasta que el alma iluminara su cabello por un segundo.
Quienes chocaron con sus mentes en la cárcel esperando criminales imposibles con cabezas doradas y el encanto de la realidad en sus corazones que cantaban dulces blues a Alcatraz.
Quienes se retiraron a México para cultivar un hábito, o a Rocky Mount para ofrecer Buddha o Tánger a los muchachos al Southern Pacific a la locomotora negra o a Harvard a Narciso a Woodland para la sepultura o daisychain.
Quienes exigieron juicios de cordura acusando a la radio de hipnotismo y fueron dejados con su locura y sus manos y un jurado colgado.
Quienes arrojaron papas saladas a los conferencistas de Dadaísmo en CCNY y subsecuentemente se presentaron ellos mismos en las baldosas de granito del manicomio con cabezas rapadas y un discurso arlequinesco de suicidio, demandando una lobotomía instantánea, y quienes a su vez se entregaron a la nulidad concreta de la insulina, Metrazol, electricidad, hidroterapia, psicoterapia, terapia ocupacional, ping pong y amnesia.
Quienes en protesta seria dieron vuelta sólo una simbólica mesa de ping pong, descansando brevemente en catatonia, volviendo años después verdaderamente calvos excepto por una peluca de sangre, y lágrimas y dedos, a la visible fatalidad del hombre loco de los pupilos de los pueblos locos del Este, salas fétidas de Pilgrim State’s Rockland’s y Greystone discutiendo con los ecos del alma, pegando y rodando en la soledad-banca-dolmen-reinos del amor de medianoche, sueños de vida en una pesadilla cuerpos convertidos en roca tan pesados como la luna, con la madre finalmente, y el último libro fantástico arrojado por las ventanas del departamento, y la última puerta cerrada a las 4 A.M. y el último teléfono pegado a la pared sonando y la última pieza amueblada, un papel rosa amarillo torcido en un colgador de alambre en el closet, e incluso eso imaginario, nada sino un poco de esperanzadora alucinación ah, Carl, mientras no estés seguro yo no estoy seguro, y ahora tú estás realmente en la sopa animal total del tiempo y quienes por lo tanto corrieron a través de las calles congeladas obsesionados con un repentino destello de la alquimia del uso de la elipse el catálogo el metro y el plano vibrante.
Quienes soñaron y encarnaron brechas en el Tiempo y Espacio a través de imágenes yuxtapuestas, y atraparon al arcángel del alma entre 2 imágenes visuales y unieron los verbos elementales y establecieron el nombre y rasgos de la conciencia al mismo tiempo saltando con sensación de Pater Omnipotens Aeterna Deus para recrear la sintaxis y medida de la pobre prosa humana y ponerse frente a ti estupefacto e inteligente y sacudirse con vergüenza, rechazando incluso revelar el alma para conformarse al ritmo del pensamiento en su desnuda y eterna cabeza, el vagabundo loco y el golpe del ángel del Tiempo, desconocido, incluso poniendo aquí lo que podría dejar de ser dicho en tiempo de volver después de la muerte, y surgieron reencarnados en los trajes fantasmales del jazz en la sombra del corno dorado de la banda y exhalar el sufrimiento de la mente desnuda de América para amar en un eli eli lamma lamma sabacthani saxofón que llora estremeciendo las ciudades bajo la última radio con el corazón absoluto del poema de la vida descarnada de sus propios cuerpos buenos para comer mil años.